Tas varios aplazamientos de su
comercialización por problemas técnicos, el
superdeportivo de la casa germana saldrá de la
fábrica artesanal de Molsheim, tras ser
presentado oficialmente en el Salón del
Automóvil de Fráncfort, que se celebra entre
el 15 y el 15 de septiembre.
Volkswagen ya tiene 40 pedidos del biplaza
deportivo Bugatti Veyron, el vehículo de
serie más rápido del mundo, que se venderá a
un precio de 1,2 millones de euros (1,46
millones de dólares).
La filial de VW piensa limitar las ventas de
este automóvil, capaz de superar los 400
kilómetros por hora, a 300 unidades
destinados a una clientela muy selecta y con
un poder adquisitivo, sin duda, muy elevado
Una obra de arte
El Bugatti Veyron destaca por la calidad
de todos sus componentes y su excelente
diseño.
Su carrocería monocasco de fibra de carbono
pesa sólo 80 kilos: sus
medidas son 4,46 metros de longitud, 2,0
metros de una anchura y 1,20 metros de altura,
con una distancia entre ejes de 2,7 metros.
El motor pesa 500 kilos, tiene un cubicaje
de ocho litros, está formado por dos bloques
de ocho cilindros situados en un ángulo de 90
grados y cuenta con la ayuda de cuatro turbos.
Puede ser aprovechado para un futuro coupé de
grandes dimensiones.
La potencia será de, al
menos, 1.001 caballos, con un
par motor monstruoso de 1.250 Nm, que será
trasladado a las cuatro ruedas mediante un
cambio de siete velocidades fabricado en Gran
Bretaña que pesa 120 kilos y va acoplado a un
embrague de doble acción, similar a los que
produce VW para modelos más mundanos.
Esta mecánica podrá catapultar al Bugatti,
con un peso en torno a los 1.950 kilos,
en menos de tres segundos a los 100
kilómetros por hora, en parte gracias
a la tracción a las cuatro ruedas, que
asegurará un mejor agarre.
Para evitar problemas de estabilidad a
velocidades inusuales, el fabricante ha
concebido tres niveles de altura de la
carrocería mediante un regulador hidráulico de
altura.
En condiciones normales de conducción, la
altura del suelo en la parte delantera es de
120 milímetros y en la trasera, de 130
milímetros, lo que otorga al vehículo un
coeficiente de penetración aerodinámica de
0,36 sin alerón trasero.
Se pasa automáticamente a la fase segunda a
partir de los 200 kilómetros por hora, aunque
también puede activarse con un botón, que
rebaja la altura a 80 milímetros delante y a
95 milímetros detrás y permite al vehículo
ponerse a 370 kilómetros por hora.
La tercera fase está reservada a velocidades
superiores, incluso por encima de los 400
kilómetros, aunque hasta la fecha el Veyron
"sólo" ha llegado a los 390 kilómetros por
hora en un circuito de pruebas de Volkswagen
próximo a su sede central de Wolfsburg.
Su capacidad de frenado le permite desacelarar
de 400 kilómetros a cero en menos de diez
segundos gracias a discos de carbono, de 40
centímetros de diámetro delante, y cilindros
de titán, y por si acaso, cuenta con un freno
auxiliar de mano con disco de cerámica.
Los neumáticos, hechos a medida del automóvil,
fueron un quebradero de cabezas para el
fabricante y tienen unas dimensiones
excepcionales: 245-690 R 520 delante y 335-710
R 540 detrás.
"Auto motor und sport" asegura que el artífice
de este bólido, el ex jefe de VW, Ferdinand
Piech, será quien reciba el Veyron con el
chasis número siete, una vez comience la
fabricación "en serie" en otoño, tras varios
años de retrasos y problemas térmicos y de
estabilidad, además de costes astronómicos
Un proyecto que ha costado años de
desarrollo y cientos de millones de
investigación
Volskwagen ha invertido varios cientos de
millones en el desarrollo del Bugatti Veyron,
un viejo proyecto que se inicio justo cuando
el anterior presidente de VW, Ferdinand Piech,
decidió adquirir los derechos de la legendaria
marca alsaciana en 1998.
La firma automovilística fue fundada por
el italiano Ettore Bugatti y se dedicó a
producir con gran éxito automóviles de lujo y
de carreras de esta marca en Alsacia en las
décadas 20 y 30 del siglo pasado.
El anterior presidente de Volkswagen,
Ferdinand Piech, adquirió los derechos de la
legendaria fabrica en 1998 y aprobó el
proyecto de fabricación de un nuevo deportivo
de lujo que catapultase de nuevo a esta marca
a la fama.
En su desarrollo VW ha invertido varios
cientos de millones de euros y en varias
ocasiones la firma alemana ha estado a punto
de cancelarlo. Problemas de presupuesto, pero
también técnicos, como la refrigeración del
grupo propulsor o la estabilidad a altas
velocidades casí llegan a fracasar el intento.
Piech pretendía, por ejemplo, fabricar el
motor original con 18 cilindros, pero este
concepto demostró ser impracticable por los
problemas térmicos y de espacio, y tuvo que
contentarse con "sólo" 16 cilindros.
Finalmente, este otoño el "Veyron"
catalogado como el automóvil más caro y rápido
del mundo será una realidad.
Info:
www.bugatti.com